La segregación escolar en la concertada y su intento de inclusión
- Eulàlia Clarós
- 30 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 may 2019
Según el informe de Save the Children “Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva”, el índice de segregación escolar en España no para de aumentar y nos posiciona como el sexto país con más segregación escolar en Europa. Cataluña es la segunda comunidad con más segregación escolar con un crecimiento de un 30% desde 2008. Esta segregación promulga la falta de interacción de alumnado de diferentes contextos sociales. La escuela Salesians Rocafort, situada en el barrio de Sant Antoni de Barcelona abre sus puertas cada día a las ocho de la mañana para recibir a sus alumnos de entre tres y dieciocho años. La escuela es concertada, lo que significa que la Generalitat subvenciona cinco de las seis horas de clase que se imparten diariamente mientras que la sexta hora de clase la pagan los padres, madres o tutores de los alumnos.
Si uno se pasea por los pasillos de la escuela durante el día puede reconocer claramente que se trata de una escuela con poca diversidad económica ya que la gran mayoría de las familias forman parte de la clase media. La escuela solo cuenta con un 2% de alumnos que viven por debajo del lindar de pobreza español.
Los alumnos de este 2% forman parte de familias (mayoritariamente inmigrantes) que llegan a la escuela enviados por el Consorci d’Educació de la Generalitat, muchas veces porqué las escuelas públicas de la zona donde residen están llenas. Esto hace que les remitan a una escuela concertada. Dentro de este pequeño porcentaje también se encuentran alumnos de familias con pocos recursos que manifiestan su interés por escolarizar a sus hijos a la escuela y que por tanto acceden siguiendo el protocolo de la matriculación.
Para que estas familias con escasos recursos, puedan pagar la escolaridad de sus hijos, la misma escuela concede becas o admite que las familias no paguen la cuota de la fundación. Además, Servicios Sociales normalmente ya protege a estas familias antes de que soliciten entrar en la escuela y también puede concederles becas o ayudar en la adquisición de material escolar para los niños. Esta situación se da en todas las escuelas concertadas del país, pero aún y así, según datos de la misma Generalitat publicados por petición de ElDiario.es , las becas concedidas por la concertada son menos de las que le tocaría.
A veces pero, las ayudas de la misma escuela o de los Servicios Sociales no son suficiente pues según explica el jefe de estudios de la ESO Òscar Puig, hace menos de un mes les llegó un chico de Marruecos a último año de secundaria que no habla ni catalán, ni español ni inglés. Este “es un chico que dejó la escolaridad en su país a lo que equivale un 6º de primaria” por lo que no solo lleva un retraso escolar sino que tampoco es fácil comunicarse con él.
Como en muchas escuelas – públicas sobretodo- se hace, este nuevo niño podría asistir al aula de acogida de la escuela donde se le impartiría una escolaridad individualizada y se le enseñaría la lengua pero los Salesians Rocafort no tiene aula de acogida ya que la Generalitat no se la concede porqué la escuela no reúne suficientes alumnos inmigrantes. Aún y así, es la misma Generalitat la que les envía al niño.
La diversidad socioeconómica en la escuela concertada es muy pequeña siguiendo el ejemplo de los Salesians Rocafort, que cumple el perfil de escuela concertada según los datos que el Departament d’Educació cedió a la Comisión de Transparencia (GAIP), que comparan las becas de comedor (que son las que se suelen conceder a las familias sin recursos) cedidas por la escuela pública y las de la concertada mostradas en el siguiente mapa.
Fuente: Informe del GAIP
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